relatos con arte

Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.

Fachada

Partenon. Ictinos y Calícrates. Mármol del Pentélico. 69 m largo, por 30,9 ancho. 447-32 a C. Acrópolis de Atenas
Cuando miro el Partenón no veo una más que una fachada. Sí, es cierto, es una fachada grande, equilibrada, perfecta, la armonía de las mejores proporciones del módulo del orden dórico, más las correcciones ópticas sofisticadas que garantizan la percepción regular del edificio (columnas de esquina, inclinación hacia adentro de la fachada, alabeado de las líneas horizontales, desplazamiento lateral de las triglifos marginales, etc). Todo un conjunto de planteamientos de alta geometría, compleja teoría estética para cubrir con el mejor traje posible un cuerpo tan pobre que es tan sólo un cubo sin ventanas con una única puerta. Vestido de alto diseño, para un interior vulgar. Un espacio expositivo, sin movimiento ni luz, sin hombres ni vida interior. Fachada, pura fachada.

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