Éxtasis de Santa Teresa (1647-1652) - G.L. Bernini. Mármol, capilla Cornaro, Iglesia de Santa Maria della Vittoria, Roma |
relatos con arte
Lo que sigue es un intento de utilizar la ficción para motivar el aprendizaje de la Historia de Arte. Lo que sigue son pequeños relatos apócrifos, reflexiones, descripciones, cartas o poemas. Textos inventados siempre, pero inspirados en la historia, para mostrar los sentidos de las obras o adaptarlos a nosotros. En ellos se hace hablar al autor, a un personaje, a un crítico, a un mecenas, a un profesor o a un espectador que nos cuentan sus razones, su manera de ver, su sentimiento o su reflexión ante la imagen plástica. Se intenta llevar a los ojos a un nivel correcto de enfoque (que no pretende ser único o excluyente de otros, pero que sí se pretende interesante) y animar a la lectura de lo que se ve, o lo que es lo mismo, educar la mirada y disfrutar del conocimiento, concediendo al contenido, al fondo de las obras, un papel relevante que en nuestras clases, necesariamente formalistas, se suele marginar.
Levitar
Significados ocultos
La tasadora de perlas: Jan Vermeer Van Delft. 1665. Óleo Lienzo. 42 por 35cm. Galería Nacional de arte de Washington D.C. |
El rostro de la tristeza
Santo Entierro: Grupo para el sepulcro de fray Antonio de Guevara. Juan de Juni. 1540. Madera policromada. Museo Nacional de Escultura. Valladolid |
José de Arimatea. Detalle del Sº Entierro. Madera policromada. Juan de Juni |
Concurso
Relieves en bronce del Sacrificio de Isaac para el concurso. Museo de la catedral de Florencia |
Todo el mundo sabe que con este concurso se inicia el movimiento renovador más importante de la historia del arte, el Quattrocento italiano, es decir, el Renacimiento, y una rivalidad entre sus dos "finalistas": Lorenzo Ghiberti y Filippo Brunelleschi, una rivalidad que continuaría con la edificación de la cúpula de la catedral a pesar de que el prestigio del segundo como investigador de la antigüedad de las ruinas de Roma, como inventor de la perspectiva y como verdadero autor de ésta lo convierte en el verdadero padre del renacimiento y aplasta por lo tanto al primero.
Sin embargo, la historia cuenta que en este concurso Brunelleschi es derrotado por Ghiberti con la obra que aquí os muestro, lo que permite a Lorenzo la realización de las segundas puertas (las primeras, de Andrea Pisano, son del trecento), todavía con el marco medieval gótico cuadrilobulado (1403-1424), y luego las terceras puertas o "Puertas del paraíso" (1425-1452) con diez escenas del antiguo testamento con marco rectangular.
( http://www.youtube.com/watch?v=sTfTJOMANUY )
Sin perdón
Más allá de la ideología subyacente en la intervención americana, se plantea en cada guerra nuestra responsabilidad colectiva frente al mal: ¿Qué se ha de hacer ante los que dejan de respetar las normas, ante aquello que no aceptamos o que nos resulta intolerable? Los americanos creen que tienen algo que decir y siguen sosteniendo conflictos en los cinco continentes.
Aquí, en Europa, la visión materialista de la historia nos cuenta que la guerra se hace siempre por intereses económicos y políticos, pero se olvida con frecuencia que el mal y el bien también existen y que luchar por el bien debería ser obligatorio.
Espiral
Museo Gugenheim. New York. Wright |
Museo Gugenheim. Wright |
Alminar de Samarra |
San Ivo. Roma. Borromini |
Luego, con la composición helicoidal o figura serpentinata, que se origina en Miguel Ángel en el siglo XVI y que en realidad es tan sólo una espiral, los manieristas como Juan de Bolonia, como Alonso Berruguete o Juan de Juni consiguen dar vida y movimiento a sus obras escoltóricas.
En el barroco del siglo XVII, la espiral más conocida es la columna salomónica, que emplea Bernini en el baldaquino de San Pedro, y el remate de la linterna de la cúpula de la capilla de la Universidad de Roma, la iglesia de San Ivo alla Sapienza de Borromini. Según éste, para subir a la cruz que culmina el templo de la sabiduría, hace falta ascender una espiral.
Torre de la 3ª Internal. Tatlin |
Espiral Jetty. Smithson. 1970 |
Es la música, tal vez, la que sabe y utiliza de manera más frecuente la espiral. El vals, el blues y el rock son estructuras concéntricas, como ondas producidas en el lago por un grano que ha caído y se abre al infinito, como los remolinos del aire de las tormentas de verano, como las caricias que se hacen con los dedos del amor...
El saber, la evolución, es una espiral sin fin, una espiral ascendente, como la que dibuja también este museo blanco de Manhattan. Desde que Wright lo construye para Solomon Guggenheim, la ciudad ortogonal con calles numeradas de forma consecutiva dispone de un nuevo instrumento (el sacacorchos) para abrir la botella del arte y probar el pensamiento de los hombres más creativos del mundo. Gracias al sacacorchos de Wright, la gran América sigue haciendo agujeros altos en las nubes.
La fachada del Renacimiento
La obra se concluye en 1470 y queda en la historia de la arquitectura como el modelo de fachada renacentista para superponer a los pies de una iglesia de planta basilical.
http://www.youtube.com/watch?v=eqiPKcpOibg&NR=1&feature=endscreen
La cúpula de Brunelleschi
Lo hizo con cálculo y previsión. Todavía hoy no sabemos exactamente cómo. Por eso le tengo miedo a esta clase. Él guardó con gran cuidado los secretos de su construcción, pues temía que Guiberti, su rival, se aprovechase de su sabiduría. Por eso, apenas tenemos más argumentos que lo que tenemos delante, el cuerpo del delito, lo que está sobre el prisma octogonal horadado por las ocho óculos o ventanas circulares, es decir: la maravillosa doble cúpula y su linterna culminante.
Ésta, al parecer, fue la historia del edificio: Arnolfo di Cambio había construido los pies de la catedral en el siglo anterior, por lo que al principio del siglo XV se planteaba la necesidad de concluir la cabecera. Hay quien dice que, además, hubo otro arquitecto intermedio, llamado Francesco Talenti, a fines del siglo XIV, que construyó un tambor de planta octogonal que creaba un hueco inmenso, pues su anchura de 40 metros equivalía a la suma de la nave central y de las dos laterales, y a una altura tal que construir andamios desde el suelo resultaba muy caro y arriesgado.
Con Talenti o sin Talenti, Brunelleschi, que había perdido ya un concurso ante Guiberti (el famoso de las segundas puertas del Baptisterio), se presenta a un segundo concurso para acabar la cabecera en 1418 y lo gana con el proyecto de la cúpula, que en realidad son dos cascarones que se forman cada uno por ocho bóvedas esquifadas, triángulos convergentes, entre nervios de mármol blanco, que producen en conjunto una forma semejante al de una semiesfera, y que dejan un espacio hueco intermedio en el que se introducen ligaduras de hierro y vigas de madera que enlazan entre sí las dos estructuras (la exterior ligeramente apuntada).
Sobre este hueco, a partir de 1446, se construye la linterna con forma de prisma de base octogonal, proyectada por el mismo Brunelleschi, horadada de ventanas que iluminan y rodeada por ocho contrafuertes, que elevan el conjunto otros 15 m. El artista muere ese mismo año y más de diez antes de que se concluyan los trabajos con el tejado cónico realizado por Verrochio en 1469. La imponente cúpula se remata aún más tarde con las tejas exteriores que impiden su deterioro e introducen al conjunto entre la masa roja de los tejados de Florencia.
A más de 110 metros de altura la obra domina el paisaje de la ciudad y recuerda con su forma semejante a la de una semiesfera al Panteón de Roma. Con su altura, y su complicado sistema de construcción la obra expresa que no hay meta imposible para la ciencia y el arte florentino, que los orgullosos ciudadanos de la rica e industriosa ciudad de Florencia no se detienen ante los problemas. El muy rico gremio de la lana paga y los mejores artistas del mundo responden, creando un arte que recuerda con orgullo la armonía y el pragmatismo de sus antecedentes romanos, ese arte arquitectónico que midió y estudió Brunelleschi con todo detenimiento en su juventud y que ahora renace con su obra en el Quattrocento florentino.
http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=RO22gB_fbiE&feature=fvwp
Juan López, un artista de Maliaño.
Obra de Cless sobre la instalación de Juan López |
Lo que menos me gusta de la obra es su nombre. Me dicen que se llama Carlos, como yo.
Evidentemente, como no he vuelto a ver a Juan desde que salió del centro, hace más de diez años, no albergo ninguna esperanza de tener algo que ver con este nombre. Además en el instituto había otros Carlos que tal vez han sido más relevantes para él, como pudo ser el caso de Carlos Jerez o de Carlos López. Sin embargo, tal vez, aunque conmigo no sacó muy buenas notas, es posible que yo le haya enseñado algo importante, o algo estúpido o significativo que merezca que utilice mi nombre, que es también un nombre múltiple, como sus rótulos. Además, se me ocurre, mi nombre es un nombre de rey y emperador, un nombre de piedra, de origen alemán, al parecer, y el nombre del creador del marxismo. Es posible que Juan conozca a otros muchos Carlos. Gente variable, quizá, que dicen una cosa un día y la contraria otro día. Gente que crea opinión, que sale en los periódicos y la tele, o que escribe un blog de arte como éste en internet. Gente que dice cosas, como sus rótulos, que son verdad o mentira. Gente que merece ser escuchada o ser rechazada. Escuchen lo que dice Carlos y juzguen..."
Ladrillos de aire
Plaza de San Pedro y Basílica de San Pedro, Roma. |
Plaza Mayor de Madrid |
Resolver estos problemas con el cortafuegos de una calle relativamente recta (como la Calle Mayor de Madrid) o con una plaza central geométrica que concentre la vida, el mercado, las fiestas y los actos políticos y sociales más significativos (como en España fueron los Autos de Fe) se convierte en el barroco en una necesidad enormemente costosa. En efecto, las nuevas plazas y calles cuestan un Potosí, no sólo por las construcciones nuevas que delimitan el espacio vacío, sino, sobre todo, porque ese vacío es muy caro, porque hay que expropiar un suelo que antes estuvo ocupado por casas o por conventos o porque, debido a su alto valor, hay que convencer antes a los que quisieran transformarlo en dinero para el rey (Plaza de los Vosgos).
Plaza de los Vosgos, París |
Plaza Mayor de Salamanca |
Son espacios huecos que se llenan con las vidas anónimas que suceden en sus soportales o en las fuentes que las decoran. Son los testigos de ese ánimo creciente del poder por intervenir en nuestras vidas, ahora que su poder aumenta, y de la fecundidad de la idea de construir el vacío, de planificar una arquitectura invisible con ladrillos de aire.
Puerta del Sarmental
Puerta del Sarmental. Fachada del crucero meridional de la Catedral de Burgos. piedra caliza. Siglo XIII |
En efecto, aunque el reciente arte románico pervive todavía en el tema dogmático del tímpano, que es el del Pantocrator y el Tetramorfos -un tema que incluye una representación simbólica y simétrica y la supervivencia de la ley románica del rango tamaño-, el nuevo arte gótico se encarga de cambiarlo todo para reducir su carga simbólica, al transformar al Pantocrátor en sólo un Cristo en su trono, que bendice y enseña el libro, porque ha perdido su mandorla, y al explicar el Tetramorfos con las figuras de los evangelistas, que aparecen en la aureola más externa del tímpano, inclinados sobre sus pupitres, escribiendo y escuchando a los pequeños ángeles, que parecen susurrarles la revelación divina.
http://www.youtube.com/watch?v=3Qpz1alokUM
La fachada de la catedral de Burgos
Fachada de la Catedral de Burgos. Siglo XIII y siglo XV. |
Por eso, el cuerpo inferior de la fachada tiene siempre tres puertas abocinadas (que aquí, en Burgos, fueron desmontadas en el siglo XVIII y han sido rellenadas de elementos añadidos posteriormente, como ese frontón sobre el dintel de la puerta del centro, llamada también Puerta Real o de la Virgen).
El segundo cuerpo o claristorio incluye dos ventanales bajo arcos apuntados en las calles laterales y un gran rosetón, alojado bajo otro arco apuntado y decorado con una tracería que parte de la estrella de seis puntas o sello de Salomón.
El tercer cuerpo es una arquería que alcanza un especial juego decorativo en la calle central, sobre el rosetón, en donde la tracería de cuadrilóbulos sirve como marco de una galería de estatuas (la de los ocho reyes de Castilla que preceden a Fernando III el Santo, el rey que conquista Sevilla y es soberano del lugar en los tiempos de su construcción).
Una tracería con una inscripción y una pequeña estatua culminaba la calle central en el siglo XIII, mientras en las laterales un cuerpo hueco más, rematado por una balaustrada y con dos arcos apuntados en cada frente, semejantes a los del cuerpo inferior, conducía a la terraza superior de las torres mochas. En sus extremos, las torres estarían delimitadas por pináculos, que serían como lanzas de unos guardias invisibles, plantados en cada una de las cuatro esquinas de las dos torres y subrayando el sentido ascensional del gótico hacia el cielo.
Los chapiteles calados expresan la citada ambición ascensional del gótico. Una ambición que coincide con la idea de las torres, esos prismas de base cuadrada, alargados, que parecen seguir el camino de los alminares islámicos. Las torres son campanarios y las campanas nos llaman a la oración, lo mismo que los alminares. Tal vez, durante el costoso cerco de la ciudad de Sevilla, en 1248, el rey santo contempló muchas veces la alta torre que acababan de terminar los almohades y pensó que Burgos tenía que llegar tan alto como ella. No era lógico que el pueblo conquistado pudiera estar más cerca del cielo. Por eso, me imagino, son tan altas las torres de Burgos y por eso, dos siglos después, Juan de Colonia le añade esos dos chapiteles huecos, que son sombreros de piedra y pirámides de luz en los que el sol se detiene y dibuja hermosas sombras.
Un paisaje autorretrato
Lighthouse Hill (1927), Dallas Museum of Art. E Hopper |
Lighthouse at Two Lights (1929), MOMA New York. Hopper |
Lighthouse at Two Lights. 1927.The Montgomery Mº of Fine Arts, Alabama |
Autorretrato. 1925-30
Whitney Mº of American Art, NY.
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Cuando Hopper pintaba sus faros, me parece, pintaba en realidad autorretratos.
Universidades
Colegio de San Gregorio (Valladolid) |
Universidad de Salamanca |
Universidad de Salamanca |
San Gregorio. Valladolid |
San Gregorio. Valladolid. |
Universidad de Salamanca |
Universidad de Salamanca |
Tanto éxito, sin embargo, se quiebra fácilmente: Lutero se impone en Alemania y es excomulgado (1520), luego sucede el saco de Roma, protagonizado por las tropas imperiales del propio Carlos (1527), y después el emperador empieza a dar marcha atrás en su apoyo a los erasmistas, convoca el Concilio de Trento y deja las manos libres a la Inquisición, la institución represora que perseguirá a Fray Luis en la segunda mitad del siglo XVI y lo expulsará por un tiempo del histórico edificio. Con este cambio en la posición del emperador Carlos, la fachada de grutesco va olvidando su sentido original: el de la vuelta a los textos originales clásicos y el de la lucha contra el dogmatismo de la iglesia católica romana.
¿Porno duro?
Canecillos o modillones de la Colegiata de San Pedro de Cervatos. Piedra caliza. Cervatos. Valle de Campoo. Cantabria. España. |
Canecillo de Cervatos |
Capitel de columna en ventana exterior de Cervatos |
Canecillos de San Pedro de Cervatos. Piedra caliza. |
En el románico la sublimación del amor aún no está presente y el sexo es sólo una evidencia. No existe una convicción moral negativa al respecto, tampoco se le sacraliza como un posible camino hacia una sublime santidad (como intentará, por cierto, el barroco de Bernini). El sexo está simplemente ahí, a nuestro alcance, en el exterior de la casa de Dios, colgando de las cornisas.