Los fusilamientos de la Moncloa- El 3 de Mayo en Madrid. Francisco de Goya. Oleo sobre lienzo. 3,47 por 2,68 m. 1814. Museo del Prado. Madrid |
En la noche del horror, Goya destaca la inocencia del héroe, por eso lo pinta de blanco. Por eso le hace abrir los brazos, como si fuera un Cristo nuevo en la cruz del sacrificio. Un ejército sin rostro, que pinta del gris más mate, en la anónima penumbra reprime a los sublevados. Podría ser el ejército francés uniformado u otro ejército cualquiera, pero el pueblo es sólo un pueblo. Es el pueblo español. El héroe de blanco es un personaje racial, es un hombre aún joven muy moreno y tiene el pelo rizado. Hay un monje con amplia tonsura. Los tipos son muy chaparros y su forma de vestir es la propia de la gente de Madrid... Es una obra muy grande, una obra con mucha política para el rey Fernando VII que está volviendo a Madrid al tiempo que Goya pinta este cuadro. Viene de Francia a recuperar su poder y viene con la intención de volver al absolutismo y de perseguir a sus adversarios políticos. Goya durante la guerra había sido tildado de afrancesado. Por eso ahora, en 1814, seis años después de sucedidos los acontecimientos pintados, Goya quiere justificar su posición. ¿Qué dice? Miradlo... Que él siempre estuvo con el pueblo, que éste es digno de ser el protagonista del cuadro, como lo será entre los románticos, apenas diez años más tarde, porque el pueblo, como dijo la Pepa, sustenta la soberanía y es el verdadero protagonista de la historia.
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