El hechicero me ha contado que hace falta contemplar los animales y concentrarse en su representación para que resulten inconfundibles. Cada bisonte, ciervo o jabalí es como un rito diferente al anterior que persigue que cada animal se mantenga en la posición de reposo y se deje cazar por nuestros hombres. Por eso es importante que se utilice un tamaño semejante al natural y que el bicho aparezca de perfil, porque en otra posición su forma nos confundiría y eso perjudicaría a la magia que nos da de comer cada día.
-"Observa a los bisontes, a los ciervos y a los caballos"- me dice-, "Si comprendes lo que piensan y lo que hacen, es seguro que sabrás representarlos mejor. Si yo muero, tal vez tú me sustituyas. Hace falta alguien que sepa. Nuestra magia es muy importante. Sin ella, seguramente, no habríamos llegado hasta aquí".
En el fondo de la cueva, los bisontes siguen vivos, porque sienten la nostalgia de los prados aunque estén paralizados. Allí viven encantados por el arte del gran mago y esperan la eternidad.
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