San Sebastián. Alonso Berruguete. Madera policª |
Retº San Benito. Mº N. Escª Valladolid |
El San Sebastián del retablo del Monasterio de San Benito de Valladolid, por ejemplo, está casi extenuado, con su cabello mojado por el sudor y con la boca entreabierta por el sufrimiento. Fue una buena excusa para abordar el tema del desnudo y la belleza sensual, que en España se rechazan por principio, y también para exhibir la figura serpentinata que había aprendido en Miguel Ángel, ese movimiento sugerido que parece hacer bailar al santo con las piernas separadas y los brazos levantados, atado al árbol, con el cuerpo musculado y en tensión, y con el tronco horadado por las flechas del martirio.
Esta es una escultura exenta de una escala inferior a la real en madera policromada. En ella el pan de oro se aplica sobre todo al árbol, pues la figura es un desnudo, en el que el estofado se limita a ese paño tan sucinto que le cubre las vergüenzas. Sin embargo, a mi me gusta mucho. Me recuerda aquella Italia lejana que viví en mi juventud. Seguí entonces el camino de mi padre, que trabajó con Piero de la Francesca. Yo llegué un poco más tarde, estuve en la Roma de los papas y conocí al gran Miguel Ángel. Él intercedió para que se me permitiese hacer una copia del Laocoonte y me trató como un artista. De ello me enorgullezco, ahora que todo eso queda atrás.
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