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Isla envuelta. Christo. Miami. Florida. Propileno rosa. Foto 1983. |
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Reichstag envuelto. Christo. Foto 1995. Berlín. Alemania. |
Christo es mi nombre. Soy dios y hombre verdadero. Me dedico a disfrazar lugares con vestidos de un solo color. Hacer arte es convertir, transformar, realizar un sacramento. En el orden sacerdotal, por ejemplo, vistiendo los hábitos se produce el cambio de la esencia personal. En el matrimonio, la mujer viste de blanco para hacer visible su virginidad. Vistiendo un lugar con arte, el lugar se santifica.
El lugar es el punto de partida. Los lugares tienen alma, significan, tienen faltas o excesos que justifican una intervención artística. Se debe pensar qué hacer...
Luego resulta complicado obtener los permisos y comprar los papeles o los plásticos para hacer el envoltorio.
Esa es la traca final: El gran háppening. El que reconvierte la isla, el árbol o el edificio en una gran obra de arte... Pero apenas dura nada. Sólo el tiempo de llenar unos carretes o de hacer miles de fotos digitales.
Lo hizo Christo, dicen... El arte limpia, es como una confesión, un rito que transforma lo que toca. Dejad que oficie el rito. Os regalo la belleza y la ilusión de una idea que transforma, porque el arte santifica, sobre todo si es un Christo el que lo crea.
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